Respondiendo al fracaso de una Reforma Migratoria Integral en el verano de 2007, los directores ejecutivos de la Conferencia de Superiores Mayores de Hombres (CMSM) y la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas (LCWR) comunicaron en una declaración conjunta:
“El status quo es moralmente inaceptable, ya que millones de inmigrantes son relegados de nuevo a la sombra en nuestra nación.”
La reciente aprobación de la legislación draconiana en el estado de Arizona y la introducción por los senadores Schumer y otros de una “Propuesta Conceptual para la Reforma de la Inmigración “ una vez más ponen de manifiesto la absoluta necesidad de que el Congreso actúe pronto y de manera integral para arreglar nuestro roto sistema de inmigración. Como expresamos en nuestra declaración del 2007, un enfoque justo y humano a la reforma de inmigración debe incluir un camino que dirija a la ciudadanía, la reunificación familiar y la protección de los derechos de los trabajadores.
Nuestra fe católica y las misiones de muchos de nuestros Institutos Religiosos enfatizan la acogida de extranjeros y de tomar el lado de los marginados en la sociedad. Estos valores religiosos nos impulsan a abogar por una mejor política de inmigración. Nuestro sistema actual de las leyes de inmigración no es sostenible, y la necesidad de la reforma es urgente. Es evidente que los Estados Unidos tiene el derecho a controlar sus fronteras, pero somos un pueblo acogedor, y la hospitalidad ha sido siempre un valor central del Evangelio. Necesitamos una reforma migratoria que exprese nuestros valores más profundos y suscite lo mejor que hay en nosotros.